Kawasaki desarrolló el sistema KIBS teniendo en cuenta las características de pilotaje de las motos Supersport, asegurando la máxima eficiencia de frenado y la mínima intrusión del sistema durante una conducción altamente deportiva. Es el primer sistema de frenado de serie donde se combina la información de la centralita (ECU) del ABS con la centralita del sistema de inyección electrónica. Además se tienen en cuenta también parámetros como la velocidad de las ruedas delantera y trasera, la presión hidráulica en las pinzas delanteras, la posición del gas, la velocidad del motor, la actuación del embrague y la marcha engranada. Toda esta información es analizada en cuestión de milésimas de segundo para determinar la presión ideal sobre las pinzas delanteras. Gracias a esta precisión las caídas de presión en la maneta de un ABS convencional desaparecen. Además se minimiza la tendencia dela rueda trasera a levantarse en frenadas al límite en modelos Supersport y hay mayor control del freno trasero al reducir marcha.